Las reuniones de madres y padres en Platerillo se convierten en un espacio donde todos tenemos la libertad de decir, preguntar, y hasta sentir el placer de escuchar que “no solo a mí me pasa”. Ese poder reconocerse en el otro ayuda a tejer una trama grupal entre los adultos que nos permite acompañar y comprender lo extraordinario y complejo de lo que los chicos viven en el jardín.
Las reuniones se abordan desde un un ejercicio más filosófico y de la profundización de lo que le pasa a cada chico y al grupo.
Tratamos todos los temas: Conflictos, juegos, sexualidad, etc
Co-pensar: pensar en conjunto con las madres y padres y vincularlos para que se sostengan mutuamente
Estos encuentros se realizan fuera del horario escolar, son solo para adultos y se anticipan con tiempo, para que los padres puedan organizarse tranquilos y prever con quien dejar a los chicos esa tarde
En Platerillo los esperamos con algo rico para compartir (a veces incluso podemos cocinar juntos), o sorprenderlos con algo que los mismos chicos dejaron preparado para la ocasión.
Compartir y distender, permite que podamos afrontar todo lo que necesitamos hablar y conocer. Para poder confiar es necesario generar esa relación de seguridad, y sentirnos tranquilos de que “nos van a decir la verdad”.
En cada reunión, los padres encuentran fundamentos teóricos y respuestas claras acerca de porqué hacemos lo que hacemos, cómo intervenimos ante ciertos conflictos, etc.
Desde un enfoque epistemológico convergente, que manifestamos en nuestro hacer cotidiano, buscamos abrir a la reflexión y nos enriquecemos cuando damos lugar el disenso, para pensar una y otra vez, para analizar, para observar, y reformular ajustando nuevas intervenciones.
Ningún niño es igual a otro. Nosotros como adultos tampoco lo somos. Tenemos una historia singular: hemos sido alumnos de diversas instituciones educativas y ahora como padres nos reencontramos en nuestro “ser hijos”, al recordar aquellas experiencias anteriores.
Es por ello que tenemos ciertas expectativas, temores, ansiedades, recuerdos y anhelos que difieren de la experiencia personal de otros adultos:
“Quiero que no le peguen como me pasaba a mí cuando iba al jardín”;
“Espero que se haga valer dentro del grupo, que no se deje…”;
“Me gustaría que mi hijo disfrute, que se ensucie, que juegue. No como me pasó a mi, que no me dejaban”;
“Yo la pasaba tan bien en el jardín, que estoy segura que a ella le va a pasar lo mismo”.
Por dar algunos ejemplos. (Ver el libro “La Adaptación en el Jardín de Infantes” de Alicia Esparza, fundadora de Platerillo)
“Las madres y los padres no venimos con un manual de instrucciones”, y es por esa razón que Platerillo no impone una manera de criar o de educar, sino que brinda un espacio para pensar juntos: analizando las situaciones conflictivas, y preguntarnos sobre lo que los chicos hacen, sienten, necesitan , temen y se preguntan: los cambios en su propio cuerpo-la sexualidad,el juego y sus juegos, los conflictos, la muerte, los distintos procesos por los que atraviesan, etc.